Friday, November 21, 2008

¿Y qué?

La verdad es que ahora no hay charcos de nada,
he llegado a ser tan ridículo que paso una o dos noches en vela
sólo para lograr que mi voz recuerde de lejos a la de Vedder.
¿Y qué hay a la vuelta de la madrugada y la esquinas del mediodía?
El rectángulo perdido de una fotografía que ni siquiera es exclusiva.
Incluso he querido cambiar de giro,
bucear en las profundidades de Kant
para dictar palabras lisonjeras.
Pareciera que soy ciego de los ojos y de espejos.
La verdad es que ya se acabó la cuerda del pollito mecánico,
y la cuerda de la pandorga.
Incluso el hastío de plástico que ahora les ha dado por comprar a todos,
incluso el hastío pirata y barato
me aburre.
O más bien me deja abandonado sin el cofre.
Estoy pegado a la luz
y no encuentro cómo apagarme.