Friday, November 21, 2008

¿Y qué?

La verdad es que ahora no hay charcos de nada,
he llegado a ser tan ridículo que paso una o dos noches en vela
sólo para lograr que mi voz recuerde de lejos a la de Vedder.
¿Y qué hay a la vuelta de la madrugada y la esquinas del mediodía?
El rectángulo perdido de una fotografía que ni siquiera es exclusiva.
Incluso he querido cambiar de giro,
bucear en las profundidades de Kant
para dictar palabras lisonjeras.
Pareciera que soy ciego de los ojos y de espejos.
La verdad es que ya se acabó la cuerda del pollito mecánico,
y la cuerda de la pandorga.
Incluso el hastío de plástico que ahora les ha dado por comprar a todos,
incluso el hastío pirata y barato
me aburre.
O más bien me deja abandonado sin el cofre.
Estoy pegado a la luz
y no encuentro cómo apagarme.

Tuesday, September 30, 2008

somos hombres o somos pan bimbo

El hombre se despierta y entreabre los ojos para dejar pasar esos primeros rayos que se han acumulado en la pared. Se talla los ojos y se mira las manos, aún con el recuerdo fresco del sueño de anoche donde corría a prisa sin saber exactamente a dónde ni porqué. Qué más da, así ocurren los sueños, se dice dando un suspiro largo y nostálgico. Una bruma espesa golpea su ventana como intentando atravesarla. El hombre se incorpora y por la mente pasa toda clase de pensamientos a una velocidad vertiginosa: somos hombres, no payasos. Somos hombres, no bufones. Somos hombres o somos piedras. Somos hombres o somos tierra.

Se levanta despacio, como con intención de no despertar a esa bella fémina imaginaria que duerme enternecida bajo las sabanas que él abandona convaleciente, tambaleándose como se aleja un soldado del campo de batalla. Camina por el entarimado muy despacio y de puntitas, abre con soltura la puerta del baño y la cierra con torpeza. La puerta rechina y cruje antes de embonar la chapa. Con cuidado se despoja de la piyama y se ve a sí mismo en el espejo.

Se ve desnudo en el espejo. Una barba mal cortada, una greña maloliente, un aliento pestilente, unas manos despreciables, un semblante de mierda, una barriga desmesurada, un sexo mugriento, rancio y degenerado, y unos ojos hinchados como canicas de tanto dormir. Se va escudriñando de arriba abajo, recorriendo con los ojos cada borde, cada arista, cada cara, cada región, cada vértice. Es un maldito cubo empecinado en adoptar cierta morfología (desgraciadamente) humana. Es una caja de zapatos, la camisa de un disco viejo, el embace de leche Lala, la descomunal pantalla Solaris… un pan bimbo, eso es, es un miserable pan bimbo.

Somos hombres desaliñados y malentendidos o somos pedazos roídos de madera sobre el suelo, varnisados o no. Somos hombres, insoportable y adecuadamente hombres como todas ellas nos designan, nos señalan. O somos la sobra de pasta que queda en el empaque cuando nadie se preocupa por intentar sacarla. O somos el vino que sobra al fondo de la botella y que nadie toma porque cae en lentísimas gotas que el cuello aletarga. O somos la réflex predispuesta a capturar lo que otro ojo nos dicte, a reproducir en una pestilente película una imagen deplorable y nauseabunda de este mundo, a atrapar con el objetivo un pedazo de inmunda mezcolanza de tiempo y espacio, batiburrillo de imágenes masticadas y sonidos irritantes de la misma vida. O somos un pedazo de esa sobra de pasta dentrífica que se ha endurecido. O somos la inmensa caja idiota con sonido acartonado, o (aludiendo a los cartones) el cartón de Pacífico que ha quedado en el suelo mojado, pisoteado, amortajado y roto. O somos pan bimbo, eso es, somos hombres o somos pan bimbo.

Friday, August 29, 2008

EX-AMOR


La cicatriz del medio día
se ha desvanecido de mis hombros
y empalidezco poco a poco
simulando quererte.

Veo en tus ojos osadía siniestra
mientras el canturreo de tu voz
chorrea un silencio asfixiante,
excitante y quieto,
que se empoza en mi piel,
abierta de aromas,
cerrada en ciego
que palmo a palmo destrozas
y deslizas entre tus dedos.

En el techo están pegadas
mis frases más largas,
tus silencios.

Y ya no finjo quererte.
Te colapsas entre mis rodillas y
tu pecho se agrieta ahora.
Lleguemos al final.

Ahora, duérmete solo,
¡simula quererme,
que tus besos se empolvan
y la rutina los endurece…!

Hoy no,
no me pintaré los labios
para ti…

LOS GATOS


Suave,
de lecho claro,
enguijarrado en sus ojos
se sumerge.


Y tras un amanecer
de colores salvajes y sobrios
regados por todas partes,
tienden sus garras en las cortezas,
en las místicas,
en los árboles.


Sobre su espalda
declines vehementes.

Son de nuevo,
sus ojos como abismos
rodeados de agua estancada
en que caemos
muy dentro de sus pupilas.


Veo sus dientes tristes
cayendo como flechas
bajo su perfil enajenado y frío

trinando al matar gorriones

Monday, August 25, 2008

simple


Pues era algo simple, una proposición indecorosa, palabras que dejaban entrever la añoranza y las vanas (tendría que decir excesivas) ganas de tomar de su mano como tantas veces lo hice, entrelazar los dedos uno a uno como en un cierre y dejar que las propias manos hablaran como sólo ellas sabían hablar. Para nosotros fue un lenguaje más subversivo que el habla, el tacto nos llevó a conocer cada uno de los rincones del otro, recorriéndonos cada vez con soberbia soltura y como si fuera la primera vez que bajo la piel de la palma y los dedos otra piel fluyese como un río o como una dulce tonada que ambos sabíamos interpretar en la espalda del otro. Recorrer el contorno sinuoso desde los párpados hasta los pies, asir un beso en cada lugar que nuestros labios escogían, sumergirnos en un torrente imprudente de caricias y lo demás (¡cuánto más!)... Nunca sobró un beso, un rose, todo parecía calculado para hacernos estremecer en los momentos en que más deseábamos estremecernos, el uno sobre el otro, el uno detrás del otro, el uno dentro del otro. Son de esas cosas que no se olvidan, que se quedan impregnadas sobre las paredes, sobre las sábanas y sobre de uno mismo. Cómo disfrutaba del silencio cuando todo (hasta la respiración) encontraba arrullo en tu pecho ya dormido, bajo mi brazo.

Sólo eso, palabras que lo mismo hieren, que lo mismo insultan. Recuerdos que se van bebiendo de a poco, sentimientos inmundos que se van abriendo paso entre los poros y a los que se deja desnudos como una dulcísima fruta lista para ser mordida.

Todo regresa a lo mismo, esta noche vernos frente a frente, desnudos o no, lo mismo da en un parque, en un café, en una cama o simplemente (pero realmente) en un espacio onírico. Mirarnos fijamente y volver la mirada hacia las manos vacías (que mueren por hablar) o respirar palabras que se quedan en el aire sin llegar a ser escuchadas. Es esta noche tuya y mía la que nos aleja, es volverse ciego y no mirarla al cruzar la calle, es volverse sordo y no escuchar su silencio que me grita desde lejos que corra a encontrarle, es mirar disimuladamente sus pasos con el pensamiento y hacerse a la idea de la torpe postura en que le encuentro singularmente bella al rozar mi mejilla con sus labios y dejar en mí, ya sin saberlo, un temible presentimiento de no volverla a ver.

Sunday, August 17, 2008

Saturday, August 16, 2008

Friday, August 15, 2008

Wednesday, July 23, 2008

Thursday, July 10, 2008

Friday, July 04, 2008

(no se me ocurre ningún título)

De entrada el sol en raya. Una ligera lluvia al rededor. Un buen café sobre una taza de porcelana y un buen cigarro quemándose entre los dedos. De pronto uno se absorta y quizás piense que es un buen momento. O quizás tome tiempo el saber lo que cada uno piensa. Es algo que se aprende con el tiempo, como se aprende a tejer o como se aprende a pintar.
El barrido en una fotografía, una sombra en la pared, un tenedor doblado: son cosas ingenuas que nos hacen pensar el uno en el otro. Salimos de esta mesa ya entradas las once.
Camino largo, unos pasos. Todo se dirige a un punto perdido en algún lugar de tu cuerpo o del mío. Si el aire es frío, si el agua es tibia, si se detiene el reloj, qué importa. Nos vemos a los ojos y nos encontramos desnudos.
Desnudos o no, eso es lo de menos, siempre queda una sensación borrosa dentro de uno, como un latido interrumpido o como un pedazo de carne entre los dientes. Simple: se termina por decir cosas como "es noche" y lo demás es bien sabido.
"Ahora sigue un silencio incómodo y todo vuelve a su sitio". Un conjunto de palabras que poco dicen. Se limitan a un tiempo y a un espacio. Entoces qué, se comienza a contar: uno, dos, tres... nada interrumpe esta cuenta.
Un aliento vago, a caso sin ganas me despide con un suspiro. Ese aliento cae al suelo, se tira, simplemente se tira.
¿No es esto a lo que venimos?
¿No maldecimos este momento tan esperado?
Se tira al suelo y se rompe. Que nadie hable. Se sigue la cuenta...

Saturday, June 21, 2008

Wednesday, February 13, 2008

Saturday, January 05, 2008

MOZARTIANO

Íntegro y ausente heredero mozartiano,
en cada romanceta, una entrega vertiginosa
sobre el clamor de los chelos.

Derramas tu agua digital sobre los pianos,
castigo que despunta la pasión de la melodía;
golpeas mis ojos,
finges tremulidad en la sonata,
y la melancolía surge de un allegro asonante,
en todo el fragmento de una sobria batuta,
tan sola y airada...

No hay quien escuche el recorrido de las octavas
o el subir y bajar del éxtasis violinista,
lejos de la verdadera intranquilidad
decaída por el silencio de los timbales,
por el acorde sopranista de una flauta
junto a los labios de una dama.

Toca sus cuerdas como arpa,
y al final, el aplauso se desliza,
como el viento sobre pieles musicales,
al escuchar el último réquiem
en un piano con el que el artista morirá,
y la melodía insertada en las lágrimas de un adagio.
iris godinez

hola, llevo inscrita en este blog desde hace mucho, y jamas habia escrito nada en él, por eso, envío esto, para compartir con ustedes este poema que ganó el primer lugar en el interpolitecnico de poesía a nivel medio superior del 2006, gracias al profesor Tonatiuh, que me ayudó a lograr esto...