Dentro de las comisuras de este infierno, me hallo en trinche atizando mis cenisas.
Insoportable se ha vuelto caminar por estos rumbos que no marcan rutas, que no invitan a nuevas tierras,
inquietante soledad perturba mis sueños y los convierte cada vez más en agonías.
No me dejes sólo, quiebra mi cuerpo, hazme pedazos.
Conservo en mi cordura unas cuantas mamorias errantes.
Ciego, me dirijo hacia tu puerta, me arrastro, me quema, y tus luces no son más que mil destellos,
que a lo lejos a penas sí las brazas del fuego a mis labios calientan... un beso enternecido.
Cura mis pupilas del insomnio y desnúdame completo, camina sobre mis pasos, llora mis lágrimas,
mis ojos ya no aguantan al sueño que arrebata mis sentidos, que me atrapa entre tus piernas,
el indomable impulso de recorrer tus manos, tus muslos, tu pecho.
Mira, que cuando todo pasa lento, el corazón se aletarga, se inclina, muere lento... te extraño.
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2 comments:
Hola:
Me da un gusto enorme que todavía sigan publicando.
Te comento primero las minucias: hay algunas faltas de ortografía ("ceniza" con S), y en general, parecería que no le haría mal al texto un pequeño recorte para que fuera más efectivo.
Sin embargo creo que logra transmitir al lector el mismo desánimo. Espero seguir leyendo más cosas tuyas.
Saludos
Me adhiero al comentario anterior. Va a un ritmo lento y desesperanzado. Un lenguaje nada rebuscado y efectivo. Un gusto leerte.
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