Sunday, September 16, 2007

Toma dos

– Hola.
Hizo una cara de “¿y tú qué, de dónde saliste?".

– Oye, ¿me das tu hora?
– Cinco y cuarto.
– Ya es tarde, ¿no?
No hubo respuesta.

– Está bonito el día, ¿no?
Volvió los ojos hacia las pesadas nubes que sofocaban el cielo, luego hacia mí. Se tragó un seco “no”.

–Bueno, no importa. Es que de pronto sentí la necesidad de hablarte. Tú sabes, es como los estornudos, es malo retenerlo. Así que vine, y bueno, heme aquí.
Siguió mirándome.

–Bueno, la verdad es que no tengo nada qué decirte, pero estoy intentando pensar en algo. Es difícil, pero lo hago porque de verdad me gustaría conocerte… Sí, es algo extraño, lo sé, pero te digo que es algo que debía hacer. Sentí de pronto que debía venir a hablarte. Es como cundo tienes un antojo, no puedes pensar en otra cosa, y pasa que si no lo haces, luego salen traumas o cosas por el estilo.

Rió por primera vez. Agachó la mirada.

–Sí, te he estado viendo. Tal vez en otra situación yo habría hecho lo mismo – dijo al fin.
–¿Lo ves? Es algo en definitiva forzoso. Sabía que no era sólo yo quien de pronto se sintió así. Me alegra saber que por lo menos ya sabías que existía.
–No te creas, no te había visto antes.
–Pues yo sí, creo que eres muy bonita y personas como tú nunca pasan desapercibidas.
–¿En serio? ¿O sea que hay más personas como yo?

Me quedé callado, no estaba listo para esa respuesta. No sabía si tomarla por fresa y largarme o como una oportunidad que me estaba dando para argumentar algo que le hiciera sentir un cumplido de mi parte.

–Ya te tardaste demasiado en contestar. No lo pienses mucho, cuando estés hablando con ella hazla sentir bien, claro, sin llegar al extremo. Podrías haberte disculpado y haber dicho algo como “no quería decir eso, sino que me gustas y a veces no puedes escapar tan fácil de mis ojos”… bueno no, se oye muy artificial y muy urgido… mejor algo como “pues sí, incluso las hay más hermosas… como mi amiga Gaby”.
–No manches, Gabriela, me va a mandar al cuerno.
–¡Ay, papá! Con esa originalísima manera de iniciar una conversación hasta yo te habría mandado al diablo desde hace ya rato. ¡Piensa! Di algo más original, o no sé, llama su atención… pero no con tus ridículos chistes ni con tus maromas ni tus extrañas poses de yoga ni tus patadas locas al aire.
–No son patadas locas al aire, se llama Capoeira.
–Lo que sea, de todas maneras, vamos a volverlo a hacer. Vete a sentar allá otra vez ¡Y piensa en lo que vas a decir!
–Sale, ahí voy de nuevo… pero ya no seas tan fría…
–¡Favor que te hago!

1 comment:

emp said...

jaja, me gusta, fluido, gracioso, sorpresivo, confuso de pronto, me gusta, aunque... creo que la confusión viene de que no se distinguen muy bien a cada uno de los personajes.