Me levanto como siempre el lunes a las siente enojado, ¡como energúmeno!, pensando en lo mucho que me gustaría golpear de una vez por todas al tipo al que se le ocurrió que las clases deberían comenzar a las ocho de la madrugada.
Dice mi mamá (que es una sabia) que no me queje, qua hay mucha gente que se levanta desde más temprano para llegar a su trabajo a las seis o siete.
Yo pienso que esa gente está loca y que es porque no tiene nada mejor que hacer.
No soporto la idea de que haya gente a la que le cause alegría despertarse temprano, que apenas abra los ojos ya tenga una sonrisota horrible de satisfacción en la boca cuando ni siquiera se la ha lavado.
Yo las veces que lo intento, a penas oigo el maldito despertador, me paro corriendo hasta donde está y lo apago para luego volverme a acostar. Entoces sueño que me visto o que me baño.
Hay otras ocasiones en las que el ruido del despertador me espanta el sueño, pero no por ello me levanto... al contrario, me concentro. En ese instante empiezan a brotar como hongos en mi cabeza miles de pretextos para no levantarme, que francamente, luego ya despierto lo pienso, son muy malos. En esos momentos se me hace tan fácil conseguir un falsificante...
Etonces veo el reloj al lado de mi cabecera y digo: "faltan diez minutos para las siete y veinte... lo mismo que voy a estar parado sin nada que hacer esperando la micro... mejor me duermo esos diez minutos que bien me hacen falta y todo se compensa".
Pero entonces, sucede que mi madre, que tiene sierta tendencia esporádica a ser de esa gente loca que te cuento, prende la tele o pone el radio, y mis diez minutos de compensación se transforman en un montón de pensamientos interferidos por señales auditivas y no me dejan pegar el ojo. Es entonces cuando me rindo y me levanto.
Otra cosa que me fastidia son los días en que amanezco con ganas de ir al baño, entonces me tengo que forzosamente despertar y despegar del cómo calorcito de la cama para salir al frío cadavérico. Eso no es lo peor, sino que cuando pasa esto en la mañana, cuando me levanto con ganas de ir al baño, hago como si no hubiera hecho en una semana, lo cual ocasiona más frío y más ganas de quedarme más tiempo en la cama.
Más horripilante aún es cuando amanece lloviendo o cuando hace mucho frío. Yo soy de la opinión de que esos días no deberían existir, esto es, nos los deberíamos saltar como un puente o como un fin de semana como castigo al mal clima.
6 comments:
No es mal pedo, pero, ¿qué es esto?, ¿de verdad es un cuento?, digo ¿cuál es la acción?, o ¿sólo nos querías compartir que te caga levantarte temprano?
He de confesar que en mucho coincido con el personaje-narrador, pero ¿cómo que lo días en que amanece lloviendo no deberían existir? Confieso: son los únicos en los que puedo levantarme.
Por cierto, cuida mucho la ortografía en las entradas que publicas.
nho cabve la menór duda de ke ai momentoz hen los ke mas bale no desír nada...
Me lleva... eres bueno haciéndome reir, pero no te saldrás con la tuya...
Si lo haces a propósito como uno de los recusos que empleas en los textos, pussssss no hay pedo, pero si no es así, pussssss ten cuidado.
Ya que andas mas calmada, pues la neta discúlpame si te ofendí, creeme que no quería hacerlo y mucho menos hacer un comentario "que generalizara a las mujeres", que yo sé que para nada son iguales, tan es así que por eso me ando con cuidado con todas ellas. Y bueno, pues esto es un nuevo genero que acabo de inventar, se llama "la nota que causa disgusto" o "adivina qué es esto"... discúlpeme que no pueda llegar a clasificar esto como cuento ni como nada, a lo mejor sí era alguna cosa que "queria cmpartir".
hablaba del texto siguiente
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